viernes, 31 de marzo de 2017

miércoles, 29 de marzo de 2017

Sin ti soy yo




He de reconocer que esta tarea me ha costado más trabajo de lo que pensaba y eso me ha sorprendido. El mito del amor romántico impregna la mayoría de los libros, películas, canciones, etc, que hablan sobre relaciones. De hecho a mí me encantan las grandes autoras románticas como las hermanas Brontë o Jane Austen, y leo muchas novelas actuales que siguen perpetuando este modelo de amor romántico. También las canciones o las películas que más me emocionan suelen reflejar este tipo de historias, y aunque entiendo que las relaciones estables y equilibradas pueden ser menos sugerentes,  me ha llamado la atención lo difícil que me ha resultado encontrar una obra que represente otra forma de relacionarse, de hecho he tenido que buscar en los materiales de educarenigualdad.com para encontrar una que me gustase. Al final me he decidido por la adaptación del tema de Amaral "Sin ti no soy nada" por un grupo de estudiantes de Trabajo Social que han reescrito la letra. Como explican las coordinadoras:

"Escogimos la canción de Amaral, ‘Sin ti no soy nada’, cambiando el enfoque de la necesidad de estar con alguien para ser felices a otro en el que no debemos depender de nadie para serlo. Tenemos que ser felices con nosotras mismas, con la familia, amigas/os, novio/a, compañeros/as,… ser feliz por todos aquellos aspectos de nuestra vida que nos hacen mejor y no reducir toda esa felicidad a una persona."

Creo que es fundamental proponer modelos de relaciones sanas, justas, equilibradas y libres, sobre todo en las edades más vulnerables como la infancia y la adolescencia. Esta canción me ha gustado mucho y me parece muy adecuada ya que hace una clara crítica a ese mito del amor romántico, y empodera la figura de la mujer como una persona independiente, fuerte y capaz de encontrar la felicidad independientemente de su vida "romántica". Una grata sorpresa :)

martes, 28 de marzo de 2017

Cómo se cuela la violencia




A estas alturas del curso, está claro que el mensaje que recibimos desde la infancia hasta que somos adultos varía notablemente dependiendo del género, y que estos mensajes condicionan la imagen que creamos de nosotros mismos como hombres y mujeres, y también la imagen que recibe el resto de la sociedad. 

A las niñas y adolescentes se les suelen transmitir mensajes donde queda claro que su aspecto físico es su gran fortaleza, el físico por encima de cualquier otra cualidad, y así las mujeres se las percibe como "objetos sexuales". También se considera válido que desarrollemos otros atributos como el ser sumisas, emotivas, artísticas, familiares, hacendosas y cuidadosas en general. Cualidades como la independencia, el dinamismo, la objetividad, la iniciativa o las dotes de mando se ven como algo negativo en el caso de las mujeres. 

Sin embargo, a los varones desde muy pequeños se les transmite la idea de que deben ser fuertes, poderosos, aventureros, atléticos, dinámicos, los cabeza de familia, donde el éxito profesional se convierte en una de las formas fundamentales para medir su valía, en algún artículo los definían como "objetos de éxito". En su caso, cualidades como expresar sus sentimientos, cuidar de los demás y de su casa, la sensibilidad artística o la pasividad se identifican como algo negativo. 

Esta situación viene causada por los estereotipos de género, que a su vez se siguen manteniendo como consecuencia de la misma, es decir un bucle del que no conseguimos salir y que afecta a las relaciones familiares y de pareja (doble jornada, crianza de los hijos e hijas, cuidado de las personas mayores, etc), a la elección de profesión que realizamos y los obstáculos que tenemos que superar en cada caso (brecha salarial, techo de cristal, discriminación, acoso, etc), a la visibilidad que tienen hombres y mujeres en la sociedad (siendo las aportaciones de la mujer consideradas como  irrelevantes en muchos ámbitos), a la identidad misma de las personas (la publicidad, la televisión, el cine o la literatura) y por supuesto a la terrible violencia machista que continuamos sufriendo a pesar del progreso. 

Prevención de la violencia y coeducación



Al realizar la búsqueda en internet de las palabras "prevención de la violencia y coeducación", efectivamente surgen un sin fin de planes, propuestas y proyectos, principalmente desde el ámbito público pero también desde el privado. Algunos ejemplos son: sindicatos, universidades, obras sociales de cajas de ahorro, consejerías de educación de distintas comunidades, ayuntamientos, órganos dependientes del Ministerio de Educación, fundaciones, webs y blogs educativos, hospitales, seminarios y cursos de formación, trabajos fin de carrera, revistas educativas o periódicos online. 

Es lógico que la prevención de la violencia vaya de la mano de la coeducación, ya que educar en igualdad es educar en el respeto y la tolerancia, es decir las bases de la convivencia. 
Me parece fundamental que la sociedad se implique en  fomentar la igualdad desde todos los ámbitos. Hay una frase que me gusta mucho "nada humano me es ajeno", puede parecer que el machismo sólo afecta a las mujeres (que no es cierto), pero es que somos la mitad de la población mundial. 

Por tanto, que desde universidades, administraciones públicas, empresas privadas, etc, se involucren en promover la educación en igualdad y que colaboren y se planteen estrategias y planes concretos para reducir e intentar eliminar los estereotipos y la discriminación me parece imprescindible. Me gustó especialmente la campaña de Emma Watson, "He for She" porque me parece que todo el mundo debe involucrarse ya que nada de lo humano debería sernos ajeno, nos afecte directamente o no. La justicia y la paz no pueden existir sin igualdad. 

domingo, 26 de marzo de 2017

Tarea final unidad 4



Para esta tarea he buscado a mujeres españolas que hayan roto los estereotipos trabajando en profesiones consideradas masculinas. De entre ellas he elegido a Julia Abad, piloto de aviones de larga distancia de Air Europa, porque me ha llamado la atención lo desequilibrada que está esta profesión en cuanto a hombres y mujeres, sólo el 3% de los pilotos del mundo son mujeres. 

En una brevísima entrevista, ella decía no haber encontrado diferencias en el trato recibido, sin embargo cuando la realidad está tan desproporcionada me cuesta creer que haya sido un camino fácil para ella o el resto de mujeres que han elegido esta profesión. Y desde luego, dudo mucho que a sus espaldas no haya habido comentarios sexistas y críticas varias por su condición de mujer. 

Estas mujeres pioneras en sus profesiones son la prueba de que nada es imposible, y de que el cambio ha comenzado aunque desgraciadamente sea más lento de lo que quisiéramos. 


Orientar para el futuro de Mª Cruz Jiménez

Te corresponde, nos corresponde


Creo que cada vez son más las parejas y familias que comienzan a compartir las responsabilidades del hogar. Desgraciadamente el cambio es muy lento, pero soy optimista porque ya nuestros niños y niñas comienzan a ver otras formas de convivir y espero que la situación progrese cada vez más rápido. 

En mi caso, mi marido y yo compartimos las tareas de nuestra casa, es muchas veces más una cuestión de qué nos gusta o qué nos da más pereza lo que condiciona el reparto. En otros casos, se decide según nuestras habilidades que vienen influenciadas por nuestra crianza, así yo soy una ignorante en cuanto a bricolage y tampoco tengo ningún interés en aprender, mientras que para él secarle el pelo a las niñas es un esfuerzo titánico. 

Sin embargo, las tareas diarias sí están muy repartidas, ambos cocinamos, limpiamos, duchamos a las niñas, les ayudamos a peinarse o con sus tareas del colegio, etc. En nuestro caso yo tengo un buen horario que afortunadamente me permite criar a mis hijas. Él tiene siempre peor horario pero a pesar de ello colabora a diario. También sufre mucha inestabilidad laboral, por lo que en ocasiones está desempleado y entonces colabora mucho más ya que tiene más tiempo. 

Creo que el reparto nos beneficia a ambos ya que podemos trabajar y desarrollarnos a nivel profesional, sin tener que renunciar a nuestra vida familiar. No ha sido un camino fácil ya que veníamos de una educación  que nos transmite roles muy distintos como hombres y mujeres. Afortunadamente yo puedo disfrutar de mi trabajo, continuar mi formación y disfrutar de mis hijas, y él se implica y disfruta de la paternidad, conoce más a sus hijas y las disfruta desde que son pequeñas, no como muchos hombres que tan sólo convivían con sus hijos e hijas en momentos determinados, pero además continúa trabajando y desarrollándose en otros ámbitos de su vida.

Este reparto nos hace más felices a ambos, no hay reproches por lo que podría haber sido, y respecto a la educación de nuestras hijas, la responsabilidad es compartida y resulta una carga más llevadera, el trabajo en equipo, el compartir diferentes puntos de vista, formas de juego, platos de cocina, enriquece nuestra vida familiar.